jueves, 29 de abril de 2010

Día del niño. Una reflexión

Mañana es 30 de abril, día en que se festeja a todos los niños de este país y en otros lugares del mundo. Por supuesto que es un día especial, yo diría que es uno de los más importantes del calendario, y lo es porque todos nosotros hemos pasado por esa hermosa etapa de la vida y porque nuestros hijos o están dentro de la niñes o ya la vivieron; y es precisamente ahí donde se forja el carácter del ser humano, donde aprendemos a socializarnos y a vivir los valores que nos inculca nuestra familia y los que aprendemos en la vida social, es una etapa llena de emociones, de constante aprendizaje e ilusiones.

Ser niño no es una cuestión de temporalidad, al final de cuentas a todos, independientemente de la edad, nos queda siempre un resabio de la niñez. Por eso este día no festejamos a quienes están dentro del rango de edad, debe ser un festejo de toda la sociedad, de todos los que de una u otra manera nos sentimos infantes y actuamos como tales en ciertas circuntancias de la vida, y si no lo hacemos entonces añoramos todo que hacíamos y nos queda un recuerdo hermoso que nos llena de gozo de todo aquello que hicimos y que nos gustaría volver hacer.

Estas palabras obviamente van dirigidas a quienes tuvimos una niñez feliz, pero en las condiciones actuales hay millones de niños en México que viven en condiciones precarias y cuya niñez es una etapa llena de sufrimiento y carencias. De nada sirven los apoyos gubernamentales que se dan exclusivamente en ese día, me da la impresión y de seguro a ustedes también de que sólo sirve para engalanar las páginas de los periódicos con fotografías de políticos entregando regalos precarios y poniendo cara de buenos. Pero de apoyos verdaderos a la niñez nada.

Los niños son el futuro y no podemos ser egoistas pesando sólo en nuestra conveniencia y en la de nuestra familia. Ese futuro proxímo hará que los infantes de hoy se conviertan o en la juventud productiva de mañana o en los delincuentes que asolarán aún más a esta sociedad decadente. El futuro de nuestra nación no puede estar fincado exclusivamente en el trato que se le da a los niños en el hogar, es necesario acciones públicas que establezcan el derecho de los menores para su desarrollo integral y desgraciadamente no se ve que el Estado aporte ese desarrollo aún cuando cuenta con las instituciones y los recursos para hacerlo.

Me gustaría proporcionarles datos sobre el estado de la niñez en México, no quiero aburrirlos, sólo les diré que en este país trabajan más de cinco millones de niños en condiciones deplorables y nadie hace nada por rescatarlos, que el índice de abusos sexuales a menores ha crecido significativamente, que hoy los menores ingresan a las redes del crimen organizado a muy temprana edad, que la violencia intrafamiliar afecta significativamente a los menores, que a más temprana edad los menores ingresan a las estadísticas como consumidores de drogas, etc

Sí hay que festejar a todos los niños de México, pero no hay que olvidarnos de aquellos que suman millones y que están en condiciones infrahumanas. El resultado del olvido gubernamental no es otra cosa que la demostración de un Estado fallido y de la ausencia de democracia, porque ¿podrá haber democracia en un entorno donde a millones de menores se les discrimina y no se les aportan los elementos para su desarrollo personal? Creo que no.

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