lunes, 1 de noviembre de 2010

MEJOR EDUCACIÓN PARA LA JUVENTUD GUERRERENSE (I)

Uno de los problemas que aquejan a la sociedad guerrerense es el relativo al tratamiento institucional que se les da a los jóvenes. En la actualidad no hay un programa de gobierno serio que trate de solucionar los problemas que afrenta la juventud, existe una secretaría que se dedica a los asuntos de la juventud, pero no veo que esa dependencia oficial ofrezca los programas necesarios para tratar de resolver las carencias educativas, culturales, deportivas, económicas y de ocio que se requieren para encausar de mejor manera a los miles y miles de jóvenes que viven en el Estado de Guerrero.

Con ello se prueba la tesis de que no basta crear secretarías y oficinas de gobierno con presupuestos bajísimos para atender dicha problemática. Si bien el Estado las ha creado es indispensable dotarlas de los instrumentos jurídicos y económicos suficientes para atender su labor. De lo contrario, y es lo que sucede, sólo serán elefantes blancos que lo único que proveen es el acrecentamiento de la burocracia.
El Estado como la máxima institución política tiene la obligación ineludible de encarar de mejor manera esta situación. Los jóvenes son titulares de derechos fundamentales y como grupo social merecen alternativas para mejorar su proceso de adaptación a la vida social. Sin las alternativas necesarias no será posible formar ciudadanos coherentes con las necesidades estructurales de nuestro país y en particular de nuestro Estado.

En materia educativa es indispensable mejorar la calidad de la enseñanza, abrir mayores espacios para la educación ya que los existentes no son los suficientes, mejorar la infraestructura educativa, hacer una revisión exhaustiva de los planes y programas para inducir mayores conocimientos sobre nuestra historia regional y problemática social, hacer del deporte un hábito, y mejorar sustancialmente la calidad de los profesores. El reto educativo es el más importante de todos puesto que sin educación o con mala educación no será posible ni crear ciudadanos con capacidad de respuesta a la problemática social que afronta nuestra región suriana, ni tampoco será posible crear seres humanos con capacidad suficiente de poder valorar lo poco o mucho que se tiene. La educación no sólo consiste en la acumulación de conocimientos que nos serán útiles para una vida productiva, sino que también, la instrucción será la base para la formación de seres humanos con un sentido valorativo de las cosas que le rodean; la educación convierte al ser humano en un ente culto y espiritualmente apto hacia las mejores causas, tanto a las propias de su ser como a las sociales.

Es verdad que gran parte del presupuesto estatal se gasta en educación, pero por desgracia es un presupuesto mal usado, mal distribuido, mal encauzado. Los expertos en la materia señalan que del 100% del presupuesto sólo el 10% queda para mejorar la calidad educativa en todos sus rubros, el resto es para soportar la inmensa nómina burocrática. Hace algún tiempo un líder magisterial señaló que en Guerrero hay poco más de 60 mil profesores pero que buen número de ellos estaban comisionados ya sea en otras oficinas burocráticas o en partidos políticos. Es terrible esta declaración, cuantos miles o millones de pesos que se destinan a la educación se escapan para la atención de otras cuestiones que en nada benefician al sector.
Si tomamos como ejemplo esa cifra de 60 mil profesores que conforman el magisterio comprometido laboralmente ante la Secretaría de Educación, cualquiera pensaría que con ese número se tiene al profesorado suficiente, es posible que así sea, pero su calidad es materia de otro análisis.

Supongamos que cada profesor comprar un libro al mes, ya sea para acrecentar su cultura o para mejorar su calidad en el aula, entonces tendríamos que cada año se venderían en Guerrero 720 mil libros, y si sumamos a los 3 mil profesores que tiene registrada la Universidad Autónoma de Guerrero, entonces el caudal de libros vendidos ascendería a 756 mil libros, ello sin contar a los libros que adquirirían los profesores de las escuelas privadas y el público en general. Creo que la cifra de un millón de libros vendidos sería la más adecuada incluyendo ya a estos últimos. Conste que el promedio es de un libro por mes o sea 12 por año, que es el promedio de lectura de los países del primer mundo.

Pues bien, si se vendieran un millón de libros anualmente en Guerrero, estoy seguro que sería un buen negocio tener una librería e incluso una casa editorial, ya que el que lee y lee bien le nace la inquietud por escribir. Pero ¿Cuántas librerías y casas editoriales existen en Guerrero? Puedo asegurar que casas editoriales ninguna, a lo sumo existen talleres editoriales que generalmente maquinan trabajos para la iniciativa privada, el gobierno y en época de campañas políticas para los partidos políticos; por lo que toca a las librerías su número es bien escaso. En Chilpancingo, la capital no sólo política sino cultural de Estado las librerías no rebasan el número de dedos que tenemos en una sola mano, imaginémonos en el resto del Estado.

Por supuesto que esa cantidad ni soñando se vende en nuestro Estado. Esto denota que tenemos a una clase magisterial con graves problemas de lectura y por consiguiente de cultura. Los que enseñan no enseñan bien porque no leen. Vaya contradicción, terrible pero es verdad.

¿Hace cuanto tiempo que no va usted a una Biblioteca? Fue una de las preguntas que le hice a un grupo de estudiantes de la Unidad Académica de Derecho, la inmensa mayoría me respondió que no van a las bibliotecas porque nunca hay los materiales necesarios, por ello prefieren el estudio en casa. Que terrible situación. Así como esos estudiantes tienen su opinión respecto a la biblioteca de su escuela, así la tenemos muchos de las poquísimas Bibliotecas públicas que hay en el Estado, las que carecen de los apoyos gubernamentales para la adquisición de materiales novedosos y de los instrumentos para hacer ágiles consultas. Me viene a la mente una frase de Jorge Luis Borges, “Me imagino que el paraíso es una especie de enorme Biblioteca”.

La juventud guerrerense que es el motivo de esta reflexión, merece una mayor atención por parte del Estado en lo que se refiere a la educación y la cultura. Los políticos que están en la palestra nunca se refieren a esta problemática, a la cultura no la tocan ni en el discurso y no lo hacen porque quizá ellos tampoco han leído y consecuentemente sabido que leyendo y aprendiendo más cada día es como se puede salir delante de toda la problemática social. No puede haber progreso con ciudadanos inútiles y carentes de información. Tampoco habrá democracia con este tipo de ciudadanos, la democracia se sustenta en la cultura y sin ella el autoritarismo será el instrumento para el manejo de las masas que no sabrán diferenciar entre lo que es una decisión autoritaria y otra que es democrática.

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