viernes, 17 de diciembre de 2010

Frases de interés (I)

Aquí les presento una serie de frases (15) que considero de interés general, espero sean de su agrado:

1. La amistad, insiste, se vive siempre en tiempo presente. Franceso Alberoni
2. El amigo es quien me abre la puerta que debo abrir, es a veces el sabio que me dice la verdad que me serena y me da paz. Franceso Alberoni
3. En México enmudecen las leyes al estrépito de las armas. Joaquín Sánchez
4. El hombre se adentra en la multitud para ahogar el clamor de su propio silencio. R. Tagore
5. Disfrutar de todos los placeres es insensato, evitarlos, insensible. Plutarco
6. No des la felicidad de muchos años por el riesgo de una hora. Tito Livio.
7. Cuanto más alto coloque el hombre su meta, tanto más crecerá.Von Schiller
8. No se puede tener demasiados amigos, porque entonces no serás realmente amigo de ninguno. Truman Capote
9. La crítica del otro comienza con la crítica de uno mismo. Octavio Paz
10. Si las revoluciones no se hacen con palabras, las ideas no se implantan con decretos. Octavio Paz
11. Tioda sociedad es histórica, quiero decir, condenada a la transformación. Octavio Paz
12. Nada es arte sino procede de la naturaleza. Antonio Gaudi
13. Donde quiera exista la propiedad privada, donde mídese todo por el dinero, no se podrá conseguir que en el Estado imperen la justicia y la prosperidad. Tomás Moro
14. Es la muerte el único elemento antirreleccionista que subsiste en la república. Francisco I. Madero
15. El triunfo es como el bautizo: borra todos los pecados. Armando Fuentes (Catón)

martes, 2 de noviembre de 2010

TRES AFORISMOS DE RUIZ MASSIEU

Si revisamos la obra de José Francisco Ruiz Massieu no nos quedará la menor duda de que era un político ilustrado, de esos que en estos momentos aciagos quisiéramos tener. El político por regla general no es un hombre o mujer producto de una cultura refinada, en el caso de Ruiz Massieu sí lo es, y por ello fue una de las grandes excepciones dentro de la política mexicana y en particular la del Estado de Guerrero.
Recuerdo que cuando era gobernador del Estado impulsó la creación de los estudios de posgrado en Derecho en la entonces Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero. El proyecto original había sido elaborado por la Dra. Beatriz Parra, el Dr. Gilberto Garza y otros, fue apoyado desde la estructura burocrática universitaria por el entonces Rector Marcial Rodríguez y presentado ante Ruiz Massieu, quien con alegría veía que en la Universidad había ánimo de progreso y talento en sus profesores. Ni tardo ni perezoso se comprometió apoyar el proyecto desde su ámbito de acción concretando con el ya desparecido CAPFCE la construcción del edificio y una vez construido lo dotó de un moderno equipo de cómputo y la biblioteca.

Varias veces los profesores y alumnos del posgrado ya creado fuimos invitados a desayunar a casa gobierno, las pláticas siempre rondaron en temas académicos y políticos sobre todo en el futuro legislativo de nuestro Estado. Cuando la primera generación del posgrado en Derecho egresó, él fue el padrino de generación y comentó que “La Facultad de Derecho fue la primera que visité como Gobernador y es la última que visito antes de entregar en poder”. Todo ello denota que su querencia a la cultura jurídica y a las instituciones universitarias era una de sus grandes motivaciones personales. Como Gobernador lo demostró plenamente al reelaborar todo el marco jurídico del Estado y crear instituciones en su momento novedosas como la Comisión de Derechos Humanos y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, entre otras.

Por ello, los universitarios guerrerenses en especial quienes laboramos en la Unidad Académica de Derecho, tenemos la obligación moral de respetar su legado y agradecer los apoyos vertidos a esta institución y a toda la universidad en general.
En esta ocasión y por invitación expresa del Dr. David Cienfuegos Salgado quien amablemente me envía algunos aforismos rescatados de la obra de Ruiz Massieu, quiero proceder a comentar dentro del marco del México y del Guerrero de la época en que ejerció su gobierno el ahora homenajeado y de lo que acontece en la actualidad, hacer algunos breves comentarios en relación a algunos aforismos que más se acomodan a mis pretensiones y conocimientos. Sin duda que muchos cuestiones quedarán sin decirse ya que en cada una de las sentencias de Ruiz Massieu existe un mar de discusiones y bien podría hacerse una obra de grandes magnitudes para desentrañar el sentido de cada una de ellas.

Al proceder a la lectura de los aforismos no deja uno de recordar la personalidad de quien los escribió o los expresó en un momento determinado. Sin duda que el carácter y la personalidad de quien los dijo marca un sello muy personal y obliga a reflexionarlos a la manera particular en que se recibe la información, a decir, me curo en salud, y procedo entonces a comentar algunos de los pensamientos de este hombre que vivió su tiempo e hizo de la política un arte acorde a muy particular estilo de gobernar.

“La política es ritmo, no velocidad”

Esta frase me lleva otra emitida por él “O cambiamos o nos cambian”, refiriéndose al avance innegable que la izquierda organizada ya tenía por ese entonces en el Estado de Guerrero. La frase que pongo en el centro de la discusión se refiere a un pensamiento que es básico en la política, no sólo la mexicana, también la universal. El quehacer político no significa necesariamente que las políticas públicas deben considerarse como un ejercicio olímpico donde la meta es romper records, la política requiere de una mesura indispensable para hacer posible lo que tenemos en mente. El gobernante desde antes de acceder al poder debe planear lo que va hacer con la idea de que la planeación es un ejercicio racional y democrático y que el cumplimiento de metas y objetivos casi nunca se logran al cien por ciento, ya que hay que considerar diversas variables que pueden afectar la acción política. Así, el discurso político debe hacerse con las pausas de los momentos en que se vive, en caso de no hacerlo este discurso puede tornarse más que demagógico. El ritmo que propone Ruiz Massieu es tanto como decir “lento pero seguro”.

En cuanto a la conservación del poder, que era la meta en la política partidista del momento en que vivió su autor, la frase es más que significativa. El ritmo implica cadencia en el actuar, los apresuramientos pueden conducirnos al yerro; más vale que el poder se ejerza con el ritmo adecuado de los tiempos en que se vive, que apresurar para la complacencia, esta casi siempre de los menos. Los que apuran están desesperados por tener el poder o conservarlo de manera casi siempre no lícitas. El pueblo sabe esperar, es paciente, si está consiente de que sus gobernantes están haciendo bien las cosas. El desesperado no es un virtuoso y arte de la política implica virtud y una de ellas es gobernar con el ritmo y pausas que se requieren.

“En política se admira más el éxito que el mérito”

Sin duda que ésta es una gran verdad, no lo debería de ser pero lo es. En la política y en especial la mexicana, el “éxito” de las personas pesa más que el mérito, digamos que el mérito son las virtudes que el ciudadano tiene y que lo hacen diferente de los demás, con capacidad probada para ejercer un puesto público u otra actividad de la vida pública o privada. El mérito o virtudes ciudadanas ha sido desde la filosofía griega un punto de discusión indiscutible. Más vale ser un hombre o mujer de mérito que de éxito, sería la sentencia o razonamiento griego; ya que de ser así es más útil para resolver los problemas de la ciudad. La democracia que no se sostiene en el mérito de sus gobernantes no es democracia, es un insulto denominar así a un régimen político dominado por los torpes o inútiles.

El éxito al cual se refiere Ruiz Massieu, no tiene nada que ver con los méritos o virtudes ciudadanas. Él se refirió a ese núcleo de torpes e inútiles que por el simple hecho de gozar de una posición económica bonancible se creen merecedores de escalar la jerarquía política dentro de la administración pública. No se percibe que el autor desdeñe a quienes han obtenido beneficios económicos por su trabajo, lo que le desagrada es que esa cuestión sea fundamental para hacer política. “El político rico es un pobre político”, señaló en otro aforismo el autor, y tiene razón, el dinero no es causa de la causa, es causa de lo causado. El dinero si bien es importante, no es la causa para hacer buena política, para estar en condiciones de hacer buena política es indispensable ser un buen ciudadano (rico o pobre), tener un grado de cultura aceptable, tener una ideología clara respecto al quehacer de la política, ser honesto, y dedicarle el tiempo suficiente.

De igual manera, el “éxito” al cual se refiere el autor, no sólo tiene que ver con el dinero. En la época en que él gobernó y hasta ahora, existen entes que por creer haber hecho algo a favor de alguien se merecen un cargo. Pongo por ejemplo ficticio a una persona que por azares del destino dirige un sindicato y que al terminar su mandato “siente” que ha luchado por los derechos sociales y que merece el “título” de “luchador social” y que en consecuencia, dentro de su partido, merece una diputación u otro cargo dentro del gobierno. Ese ente cree que ha alcanzado el éxito social y que bien merece una recompensa en aras del detrimento de los beneficios que merece el pueblo, aún cuando no esté capacitado para ejercer ninguno.

El éxito en consecuencia bien parece ser una concepción subjetiva que por gracia debe ser reconocida socialmente. Vaya equivocación. Diría que aquí bien merece la pena el dicho de “alabanza en boca propia es vituperio”. El éxito no es una percepción subjetiva, al contrario, es un reconocimiento del mundo objetivo, corre de abajo hacia arriba y no al contrario. Es la sociedad quien lo concede y generalmente la conciencia colectiva es la que califica con acierto quien ha conseguido el éxito en las determinadas ramas de la actividad humana. Cuantos gobernantes no hemos tenido que han carecido de éxito, cuantos ricos pululan hoy en camionetas de lujo que carecen de éxito, cuantos políticos deambulan y salen en retratados en los diarios locales o nacionales y carecen del éxito suficiente para merecer un encargo público; y así por el estilo.

Este aforismo tiene que ver con la percepción ciudadana y la calidad moral de quien detenta el poder. Los clásicos de la ciencia política han dicho a lo largo de la historia que para lograr el progreso social y por consecuencia el desarrollo sano del Estado es indispensable que éste esté gobernado por personas capaces. Este es un reto que todavía no se cumple y por no cumplirlo en infinidad de veces los ciudadanos hemos pagado bien caro las consecuencias ¿Quién más que el pueblo paga las consecuencias de tener en los puestos públicos a una casta de torpes e inútiles?
Déjenme citar a F. Bacón, quien al respecto de lo dicho, asentó: “No hay cosa que haga más daño a una nación como el que la gente astuta pase por inteligente”

“La política es arte por lo que tiene de irrepetible”

Este aforismo me recuerda una vieja discusión al seno del posgrado en Derecho en la Universidad. La discusión se centraba en que si la política era arte o no. La mayoría discurría en que no lo era, sosteniendo el punto de vista de la política y lo político se centraba en los hechos y no en sus representaciones. Los menos, que era donde me encontraba yo, alegábamos que la política sí es un arte porque en primer lugar es un producto de la cultura, y en segundo, como consecuencia, todo lo que se haga en política tiene, queramos o no, consecuencias en todas las manifestaciones humanas y por ende representaciones en todos los sentidos del quehacer humano.

Sigo creyendo al igual que Ruiz Massieu, que la política sí es arte. Sin embargo es una pena que no todos la consideren así, sobre todo quienes se dedican en cuerpo y alma a este quehacer. La mayoría quizá sin saberlo, son seguidores del concepto de arte emitido por Aristóteles, quien establece diferencias sustanciales con la ciencia, por eso, ha surgido en el mundo la diferencia entre arte y ciencia. Y sólo será arte ya en una concepción moderna aquello que va ligado con la estética, con lo bello. ¿Acaso el producto de la política está privado de lo estético? Si lo estético tiene que ver con bien hecho entonces la política sí es un arte, independientemente de que la consideremos también como una ciencia, debido a sus métodos de estudio. Por lo tanto lo dicho por el autor en la primera parte del aforismo es una verdad innegable.

Que la política sea el arte de lo irrepetible ¿Qué significado debemos darle? No hay duda de que en este punto hay que tratar de ser filósofo aún cuando de profesión no lo seamos. Los hechos humanos subjetivos son irrepetibles, nunca una acción humana subjetiva u objetiva tiene consecuencias exactas, aún cuando se trate de resolver problemáticas similares; nada en el mundo de lo humano es igual, en política no hay recetas de cocina. O cambian los sujetos, o cambian los objetos o cambia la relación entre ellos, de ahí que el buen político esté impedido para sacar de su bolso un recetario y resolver así un conflicto de intereses o destrabar un asunto burocrático.
Lo que nos quiere decir Ruiz Massieu es que para hacer política hay que tener en cuenta la diversidad de pensamiento y/o la fragmentación de los intereses que rodean a quien gobierna. Todos tenemos los mismos derechos pero para oponerlos a la autoridad los intereses son diversos, de ahí la dificultad en el ámbito político para aplicar las medidas que sean mejores y no ocasionar perjuicios que tengan como resultado el menoscabo en el ejercicio de un derecho.

Epílogo: Honor a quien honor merece. Ruiz Massieu fue un hombre inteligente, la historia dirá si fue un buen gobernante, pero queda constancia en los homenajes que año con año recibe que el péndulo del honor está de su parte. Teodoro Monsemm a inicios del siglo XX dijo a Max Weber: “Ten el báculo que ostento” Hoy al parecer no hay receptores del báculo intelectual que legó Ruiz Massieu, la política se debate en una lucha de intereses sin contenido ideológico. El pasado reciente tiene mucho que enseñarnos.

lunes, 1 de noviembre de 2010

MEJOR EDUCACIÓN PARA LA JUVENTUD GUERRERENSE (I)

Uno de los problemas que aquejan a la sociedad guerrerense es el relativo al tratamiento institucional que se les da a los jóvenes. En la actualidad no hay un programa de gobierno serio que trate de solucionar los problemas que afrenta la juventud, existe una secretaría que se dedica a los asuntos de la juventud, pero no veo que esa dependencia oficial ofrezca los programas necesarios para tratar de resolver las carencias educativas, culturales, deportivas, económicas y de ocio que se requieren para encausar de mejor manera a los miles y miles de jóvenes que viven en el Estado de Guerrero.

Con ello se prueba la tesis de que no basta crear secretarías y oficinas de gobierno con presupuestos bajísimos para atender dicha problemática. Si bien el Estado las ha creado es indispensable dotarlas de los instrumentos jurídicos y económicos suficientes para atender su labor. De lo contrario, y es lo que sucede, sólo serán elefantes blancos que lo único que proveen es el acrecentamiento de la burocracia.
El Estado como la máxima institución política tiene la obligación ineludible de encarar de mejor manera esta situación. Los jóvenes son titulares de derechos fundamentales y como grupo social merecen alternativas para mejorar su proceso de adaptación a la vida social. Sin las alternativas necesarias no será posible formar ciudadanos coherentes con las necesidades estructurales de nuestro país y en particular de nuestro Estado.

En materia educativa es indispensable mejorar la calidad de la enseñanza, abrir mayores espacios para la educación ya que los existentes no son los suficientes, mejorar la infraestructura educativa, hacer una revisión exhaustiva de los planes y programas para inducir mayores conocimientos sobre nuestra historia regional y problemática social, hacer del deporte un hábito, y mejorar sustancialmente la calidad de los profesores. El reto educativo es el más importante de todos puesto que sin educación o con mala educación no será posible ni crear ciudadanos con capacidad de respuesta a la problemática social que afronta nuestra región suriana, ni tampoco será posible crear seres humanos con capacidad suficiente de poder valorar lo poco o mucho que se tiene. La educación no sólo consiste en la acumulación de conocimientos que nos serán útiles para una vida productiva, sino que también, la instrucción será la base para la formación de seres humanos con un sentido valorativo de las cosas que le rodean; la educación convierte al ser humano en un ente culto y espiritualmente apto hacia las mejores causas, tanto a las propias de su ser como a las sociales.

Es verdad que gran parte del presupuesto estatal se gasta en educación, pero por desgracia es un presupuesto mal usado, mal distribuido, mal encauzado. Los expertos en la materia señalan que del 100% del presupuesto sólo el 10% queda para mejorar la calidad educativa en todos sus rubros, el resto es para soportar la inmensa nómina burocrática. Hace algún tiempo un líder magisterial señaló que en Guerrero hay poco más de 60 mil profesores pero que buen número de ellos estaban comisionados ya sea en otras oficinas burocráticas o en partidos políticos. Es terrible esta declaración, cuantos miles o millones de pesos que se destinan a la educación se escapan para la atención de otras cuestiones que en nada benefician al sector.
Si tomamos como ejemplo esa cifra de 60 mil profesores que conforman el magisterio comprometido laboralmente ante la Secretaría de Educación, cualquiera pensaría que con ese número se tiene al profesorado suficiente, es posible que así sea, pero su calidad es materia de otro análisis.

Supongamos que cada profesor comprar un libro al mes, ya sea para acrecentar su cultura o para mejorar su calidad en el aula, entonces tendríamos que cada año se venderían en Guerrero 720 mil libros, y si sumamos a los 3 mil profesores que tiene registrada la Universidad Autónoma de Guerrero, entonces el caudal de libros vendidos ascendería a 756 mil libros, ello sin contar a los libros que adquirirían los profesores de las escuelas privadas y el público en general. Creo que la cifra de un millón de libros vendidos sería la más adecuada incluyendo ya a estos últimos. Conste que el promedio es de un libro por mes o sea 12 por año, que es el promedio de lectura de los países del primer mundo.

Pues bien, si se vendieran un millón de libros anualmente en Guerrero, estoy seguro que sería un buen negocio tener una librería e incluso una casa editorial, ya que el que lee y lee bien le nace la inquietud por escribir. Pero ¿Cuántas librerías y casas editoriales existen en Guerrero? Puedo asegurar que casas editoriales ninguna, a lo sumo existen talleres editoriales que generalmente maquinan trabajos para la iniciativa privada, el gobierno y en época de campañas políticas para los partidos políticos; por lo que toca a las librerías su número es bien escaso. En Chilpancingo, la capital no sólo política sino cultural de Estado las librerías no rebasan el número de dedos que tenemos en una sola mano, imaginémonos en el resto del Estado.

Por supuesto que esa cantidad ni soñando se vende en nuestro Estado. Esto denota que tenemos a una clase magisterial con graves problemas de lectura y por consiguiente de cultura. Los que enseñan no enseñan bien porque no leen. Vaya contradicción, terrible pero es verdad.

¿Hace cuanto tiempo que no va usted a una Biblioteca? Fue una de las preguntas que le hice a un grupo de estudiantes de la Unidad Académica de Derecho, la inmensa mayoría me respondió que no van a las bibliotecas porque nunca hay los materiales necesarios, por ello prefieren el estudio en casa. Que terrible situación. Así como esos estudiantes tienen su opinión respecto a la biblioteca de su escuela, así la tenemos muchos de las poquísimas Bibliotecas públicas que hay en el Estado, las que carecen de los apoyos gubernamentales para la adquisición de materiales novedosos y de los instrumentos para hacer ágiles consultas. Me viene a la mente una frase de Jorge Luis Borges, “Me imagino que el paraíso es una especie de enorme Biblioteca”.

La juventud guerrerense que es el motivo de esta reflexión, merece una mayor atención por parte del Estado en lo que se refiere a la educación y la cultura. Los políticos que están en la palestra nunca se refieren a esta problemática, a la cultura no la tocan ni en el discurso y no lo hacen porque quizá ellos tampoco han leído y consecuentemente sabido que leyendo y aprendiendo más cada día es como se puede salir delante de toda la problemática social. No puede haber progreso con ciudadanos inútiles y carentes de información. Tampoco habrá democracia con este tipo de ciudadanos, la democracia se sustenta en la cultura y sin ella el autoritarismo será el instrumento para el manejo de las masas que no sabrán diferenciar entre lo que es una decisión autoritaria y otra que es democrática.

jueves, 29 de abril de 2010

Día del niño. Una reflexión

Mañana es 30 de abril, día en que se festeja a todos los niños de este país y en otros lugares del mundo. Por supuesto que es un día especial, yo diría que es uno de los más importantes del calendario, y lo es porque todos nosotros hemos pasado por esa hermosa etapa de la vida y porque nuestros hijos o están dentro de la niñes o ya la vivieron; y es precisamente ahí donde se forja el carácter del ser humano, donde aprendemos a socializarnos y a vivir los valores que nos inculca nuestra familia y los que aprendemos en la vida social, es una etapa llena de emociones, de constante aprendizaje e ilusiones.

Ser niño no es una cuestión de temporalidad, al final de cuentas a todos, independientemente de la edad, nos queda siempre un resabio de la niñez. Por eso este día no festejamos a quienes están dentro del rango de edad, debe ser un festejo de toda la sociedad, de todos los que de una u otra manera nos sentimos infantes y actuamos como tales en ciertas circuntancias de la vida, y si no lo hacemos entonces añoramos todo que hacíamos y nos queda un recuerdo hermoso que nos llena de gozo de todo aquello que hicimos y que nos gustaría volver hacer.

Estas palabras obviamente van dirigidas a quienes tuvimos una niñez feliz, pero en las condiciones actuales hay millones de niños en México que viven en condiciones precarias y cuya niñez es una etapa llena de sufrimiento y carencias. De nada sirven los apoyos gubernamentales que se dan exclusivamente en ese día, me da la impresión y de seguro a ustedes también de que sólo sirve para engalanar las páginas de los periódicos con fotografías de políticos entregando regalos precarios y poniendo cara de buenos. Pero de apoyos verdaderos a la niñez nada.

Los niños son el futuro y no podemos ser egoistas pesando sólo en nuestra conveniencia y en la de nuestra familia. Ese futuro proxímo hará que los infantes de hoy se conviertan o en la juventud productiva de mañana o en los delincuentes que asolarán aún más a esta sociedad decadente. El futuro de nuestra nación no puede estar fincado exclusivamente en el trato que se le da a los niños en el hogar, es necesario acciones públicas que establezcan el derecho de los menores para su desarrollo integral y desgraciadamente no se ve que el Estado aporte ese desarrollo aún cuando cuenta con las instituciones y los recursos para hacerlo.

Me gustaría proporcionarles datos sobre el estado de la niñez en México, no quiero aburrirlos, sólo les diré que en este país trabajan más de cinco millones de niños en condiciones deplorables y nadie hace nada por rescatarlos, que el índice de abusos sexuales a menores ha crecido significativamente, que hoy los menores ingresan a las redes del crimen organizado a muy temprana edad, que la violencia intrafamiliar afecta significativamente a los menores, que a más temprana edad los menores ingresan a las estadísticas como consumidores de drogas, etc

Sí hay que festejar a todos los niños de México, pero no hay que olvidarnos de aquellos que suman millones y que están en condiciones infrahumanas. El resultado del olvido gubernamental no es otra cosa que la demostración de un Estado fallido y de la ausencia de democracia, porque ¿podrá haber democracia en un entorno donde a millones de menores se les discrimina y no se les aportan los elementos para su desarrollo personal? Creo que no.

viernes, 23 de abril de 2010

Datos personales en riesgo

José Cárdenas publica hoy (23-abril-2010) un interesante artículo en el Universal, en el cual señala que tenemos un montón de registros personales y que toda esa base de datos ha parado en manos de la criminalidad, presentándose con ello el problema de la indiscrecionalidad de los datos personales. Digo yo, violándose un derecho humano: el de la confidencialidad de los datos personales.

Y es verdad, resulta que recienetemente se descubrió que por 12 mil dólares es posible obtener en Tepito, por ejemplo, toda la base de datos del Instituto Federal Electoral, es decir, los datos elementales de ciudadanía de más de 60 millones de mexicanos. ¿Se imaginan ustedes el uso que se le puede dar a semejante información? Es terrible pensar que esos datos seguramente ya están en manos de grupos delincuenciales.

Si la confidencialidad es un derecho establecido por la ley y ese derecho no está protegido, entonces de que diablos sirve el registro jurídico, es posible que sólo tenga la utilidad para decir en diversos foros que nosotros ya hemos incorporado esta institución a nuestro marco jurídico y que con ello hemos hecho crecer la lista de derechos fundamentales y que debemos sentirnos orgullosos con ello, ya que así ampliamos el espectro de la democracia.

Pamplinas, porque un derecho es tal sólo cuando tiene los medios para su aseguramiento y es obvio que en este caso tal aseguramiento no se dió, pese a que se trata de información altamente clasificada y personal, la cual sólo puede utilizarse por el Estado cuando sea estrictamente necesario para poner en movimiento otros derechos, por ejemplo, la lista de votantes; también para asegurarse del número y características de los contribuyentes, y así por el estilo.

Si como ciudadanos somos poseedores de derechos, el Estado tiene la ineludible obligación de asegurarlos. De nada sirve, como ya se ha dicho, tener derechos -la secrecía de los datos personales- sí ésta no se ha asegurado debidamente.

Se ha informado que la Procuraduría de la República investiga ya este caso. Lamentablemente de poco servirán sus pesquizas, porque seguramente los datos ya están en muchas manos privadas que le darán uso indebido. ¿Se castigará a quienes han omitido su derecho de preservar dichos datos? También lo dudo. Los criminales no sólo son quienes compraron indebidamente la base de datos, sino también quien permitió sustraerlos del sistema que es estrictamente estatal.

Recientemente se creó el Renaut -Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Celular- más del 80 % registró los datos que la autoridad nos pidió, hubó resistencias y dudas, se habló mucho de la necesidad del registro, los mexicanos obedecimos la instrucción por temor a quedarnos sin línea telefónica y ahora resulta que surge la posibilidad de que esos datos estrictamente personales también estén en riesgo de ser conocidos por la delincuencia. Que bonito.

México tiene un historial justificado de desconfianza a sus autoridades, el 80% de las víctimas no denuncia el delito sufrido y no lo hace por que no cree en la autoridad. La desconfianza mata las buenas intenciones y ante tanta desconfianza justificada por la mala actuación de la burocracia y la clase política ha hecho que sea muy cierta la frase de que México es un Estado fallido.

miércoles, 21 de abril de 2010

Juventud y Educación

Uno de los problemas fundamentales que enfrentamos quienes nos dedicamos a la educación universitaria, consiste en la poca importancia que los jovenes le están dando a la manera de cómo acercarse al conocimiento.

Desde hace tiempo, yo diría unos 10 años a la fecha, se nota que los intereses de la juventud se han dispersado hacia otros fenómenos, entre ellos: el uso indiscriminado de la internet y la intención -que puede ser sana pero no útil- de querer aprender mediante la visualización, desdeñando la lectura.

El joven de hoy -es posible que esta sentencia no sea general- desea que el conocimiento le llegue de manera fácil; cree que la imagen puede sustituir a la escritura y opta por ver y no leer. Obviamente ellos no son culpables de este fenómeno que está azotando al conocimiento y que necesariamente tendrá repercusiones graves en cuanto a la manera de razonar la vida social. El mundo actual induce a que esto suceda así. La proliferación de los medios visuales y su escaso control estatal lo estàn produciendo.

No pretendo que el Estado controle en el sentido duro a los medios visuales, como lo es la televisión, la internet, y aquellos que se nutren de estos para difundir a su manera el conocimiento. Lo que quiero dejar claro es que estos medios sí son útiles, pero no son los adecuados para lograr que el educando entienda plenamente a los fenómenos materia de estudio.
Los educadores a contrario sensu, tenemos la obligación de provocar la lectura y señalar que ésta jamás será sustituible por cualquiera de los medios visuales. Bien decía Giovanni Sartori en su espléndida obra El Hommo Videns que el libro jamás desaparecerá del escenario cultural, ya que sus ventajas son infinitamente enormes en relación a cualquier otro medio de aprendizaje.

Pero por más que el profesor induce a la lectura hay una negativa constante en no querer hacerlo. La ley del menor esfuerzo parece que es el vértice al cual el educando pretende instaurar como método para solucionar sus problemas académicos. En este sentido, los jovenes de hoy no compran libros, los fotocopean, y sólo aquellas partes que ellos consideran básicas, lo demás es intracendente. En cada escuela o facultad que visitamos encontramos uno o varios negocios de fotocopias, siempre están llenos a contrario de la librería y de las bibliotecas, que más bien parecen ser lugares casi desolados en donde sólo ocurren en casos de verdadera desesperación.

Es muy común observar que muchos profesores, sobre todo en el nivel del posgrado, trabajan con proyectores, los que sólo proyectan una idea en la pared y a partir de hai se inicia una determinada discusión. He sido testigo de que para discutir algo simple se pasan horas. Si ese profesor dejara una lectura para discusión al día siguiente, el ejercicio mental sería de notables diferencias, se razonaría no sólo un concepto sino todo el sentido de la lectura y el provecho sería indudablenmente mayor. No niego el valor educativo de los medios visuales, pero no creo que sean la solución, sólo son una ayuda limitada. Ah pero eso sí, el educando está más a gusto con un profesor que proyecta ideas en la pared que con aquél que los obliga a leer.

Nuestros niveles de lectura son muy bajos, no sé si haya indicadores para saber cuantas páginas en promedio tiene que leer, por ejemplo, un estudiante de Derecho, y si las hay estoy seguro de que no llegamos, al menos en nuestro medio, ni siquiera a la mitad, ya que otro fenómeno que se presenta es el desinterés por el saber.

Hoy se quiere saber sólo lo indispensable, aquello que es estrictamente necesario para acreditar una asignatura, todo lo demás sale de sobra. Sin duda que esa actitud se manifestará indudablemente en una mediocridad profesional. Lo triste del caso es que hay muchos profesores que nadan ese río y sólo se avocan a enseñar "lo indispensable", ya que así han sido diseñados muchos programas de estudio.

Concluyo con lo siguiente:

Es necesario rediseñar planes y programas de estudio en los cuales se tenga como prioridad el establecimiento de los métodos de aprendizaje, en los cuales la lectura obligada de textos sea obligatoria. Que haya en las bibliotecas el material suficiente para no provocar excusas para no leer, y que se tenga como filosofía del conocimiento el saber entender y comprender los fenómenos para poder estar en aptitud de resolover los problemas que nos presentará la vida diaria.

viernes, 26 de febrero de 2010

COMIDA CHATARRA

Ya lo sabíamos y no quisimos hacer caso. Hace años se nos venía diciendo que corríamos el grave riesgo de ser un país de gordos, sobre todo en la población infantil y juvenil. El pronóstico no fue desacertado hoy lo somos a grado tal que superamos a todos los países del orbe en la materia. Sin en algo somos el primer lugar es precisamente en obesidad, somos una nación integrada por mucha gente obesa, casi un tercio de la población y, para acabarla de amolar, que no hace ejercicio.

La obesidad, se ha dicho, es culpa de la comida chatarra dicen los enterados. Todos tenemos una idea bastante próxima al concepto médico de comida chatarra. Diríamos coloquialmente que es aquella que no aporta los nutrientes básicos necesarios y que, está integrada por un cúmulo de calorías que son exageradas e innecesarias para el organismo. Los refrescos, las papitas, los dulces en todas sus variedades, las hamburguesas callejeras, los hot dogs, tacos, tortas y demás especies derivados de la masa guisada con aceites o manteca, integran un menú letal para la salud a grado tal que el problema ya se convirtió en un asunto de extrema gravedad. En los próximos años el presupuesto asignado por el Congreso a la Secretaría de Salud será insuficiente para atender a los enfermos de diabetes, enfermedades cardiacas y tratamientos contra la obesidad que se pronosticaban como las principales enfermedades en el advenimiento del presente sigo; el pronóstico nuevamente se hace realidad, hoy la diabetes, en cualquiera de sus grados o manifestaciones médicas, ya es el problema de salud número uno y las derivadas de problemas coronarios la segunda.

El debate que se sigue a través de los medios se ha centrado principalmente en el sector social compuesto por los jóvenes, aún cuando sabemos que ese no es el único sector afectado. Y el alegato principal señala que en las escuelas se vende casi exclusivamente comida chatarra.
La Secretaría de Educación Pública ha señalado que es inútil reglamentar la venta de esa comida en las escuelas del país, que es mejor implementar programas específicos de educación y salud sobre todo en los libros de texto. Por su parte el Partido Revolucionario Institucional por conducto de la senadora María Elena Orantes ha propuesto una iniciativa de ley para reformar el artículo 75 de la Ley General de Educación a efecto de prohibir la venta de comida chatarra en las escuelas. El citado artículo actualmente avala que se realice o permita la comercialización de bienes o servicios ajeno al proceso educativo; la propuesta de la senadora acota lo anterior al indicar que se permita la comercialización “siempre y cuando no se trate de alimentos y bebidas con bajo valor nutrimental que contenga altos contenidos de azúcares refinados, sal, colesterol, ácidos grasos saturados y transaturados y aditivos en los establecimientos escolares o cooperativas en los que se expenden alimentos dentro de las escuelas a nivel básico” (El Universal, 26/02/010).

Como puede observarse el problema tiene dos argumentos bastante válidos: uno que defiende la SEP y que se reduce a un problema de cultura, y el otro promovido por el PRI que señala que la culpa está en la comercialización o venta de esa comida en los centros escolares.
En efecto los dos argumentos tienen sus razones de peso. Es verdad que la alimentación no sólo es una cuestión de supervivencia, sino de salud, y al serlo por ambas cosas se convierte en un factor de cultura: lo que comemos y como lo hacemos forma parte de la cultura de un pueblo. Pero también es cierto que las autoridades han permitido o avalado que en las escuelas se comercialicen productos que son dañinos a la salud y que es necesario poner un freno. Coincido con las dos vertientes para solucionar el problema del sobre peso y obesidad (que no son lo mismo), pero añadiría una solución más que bien puede acompañar a las anteriores la cual es difícil de llevar a cabo pero no imposible y consiste en lo siguiente: desde hace ya varios años se ha legislado para eliminar los comerciales que promueven el consumo de cigarrillos y de bebidas embriagantes, y en las tiendas no se permite la venta de estos productos a los menores de edad, pues bien, en materia de comida chatarra debiera hacerse lo mismo. No es quizás la solución radical al problema, si en verdad quisiéramos eliminarlo la solución sería prohibir la producción y venta de esos productos, pero eso acarrearía graves trastornos a la economía, ya que miles de empleos se perderían y el Estado dejaría de cobrar miles de millones de pesos vía impuestos que pagan las empresas transnacionales que producen y distribuyen dichos productos.

Por otro lado, está comprobado que los problemas de sobre peso y obesidad también son el resultado de la falta de ejercicio. Se dice que los mexicanos somos flojos que no hacemos ejercicio, pero resulta que no es un problema estrictamente nacional. Resulta que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico presenta los siguientes datos: Estados Unidos es el país que menos hace ejercicio, Canadá es el que más horas de uso de internet tiene, el 71% de los habitantes de Bélgica no practican ninguna actividad física, en Turquía dicha actividad por herencia familiar es casi nula, en Inglaterra el 52% de su población es sedentaria, en Polonia la gente ocupa mucho su tiempo para ver la televisión e internet, México es el país de mayor obesidad infantil por falta de ejercicio, Francia tiene el tercer lugar en obesidad infantil, en Alemania el 70% de los adultos presenta obesidad y, Portugal es el país europeo con menor hábito de ejercicio (El Universal 26/02/010).

De los diez países antes señalados cinco de ellos están considerados como naciones del primer mundo en materia económica, por lo tanto es fácil deducir que el problema de la falta de ejercicio es un problema no nacional sino global.

Así las cosas y reducido el problema a nuestro país, creo que es imperante el cambio de conducta ya sea para alimentarse y para dejar el sedentarismo, ambos acarrearán terrible déficit en el futuro mediato en atención médica y provocará no sólo a una población enferma desde la niñez, sino también a una considerable baja de la autoestima y de la productividad laboral. El Congreso mexicano debe legislar para prohibir la venta de comida superflua o chatarra y también, como ya se ha dicho, modificar conductas para que conscientemente dejemos a un lado el consumo de esos alimentos que a la larga nos provocarán graves problemas de salud.

martes, 16 de febrero de 2010

CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA EN JUÁREZ

El espacio de vida en las ciudades es de vital importancia para todos los humanos, nuestras ciudades son el reducto de nuestras esperanzas y aspiraciones, en ellas trabajamos, estudiamos, paseamos por su calles, nos preocupamos por su organización, fundamos el futuro personal y el de nuestros hijos, etc. La ciudad es pues, ese reducto de esperanza para poder vivir bien y desarrollarnos con plenitud.

El mundo antiguo veía a sus ciudades como la esperanza del mañana, procuraba su conservación y daban su sangre por su defensa cuando era atacada por los enemigos; de esas ciudades del pasado emergió la máxima institución política del presente que hoy conocemos con el nombre de Estado o Nación. Las ciudades antiguas como Grecia, Roma, Esparta, Cartago y muchas más tuvieron que enfrentarse a diversos desafíos y muchas de ellas salieron avante y otras sucumbieron ante las desgracias o las transformaciones que eran inevitables por el hecho de la evolución social.

La idea de ciudad nos refiere a la pertinencia, a lo que es de nosotros y si por alguna razón se pierde este sentido, la ciudad deja de ser lo que era o lo que debería de ser. Un proceso semejante parece que vive Ciudad Juárez. En ella, ante la terrible ola de violencia desatada desde hace años ha hecho que poco a poco sus habitantes ya no se sientan seguros, que abandonen sus centros de trabajo, que las inversiones ya no lleguen, que su ritmo se pierda, que su gente se descorazone ante el abandono del que son objeto por parte de quienes los gobiernan.
No es exagerado decir que en Ciudad Juárez se está poco a poco viviendo una diáspora. Para sus habitantes ya no es posible seguir viviendo y optan por abandonarla. Sin duda que esto es una tragedia, es muy probable que esa diáspora no signifique la desaparición de la ciudad, pero sí mucho tendrá que ver con la pérdida de su identidad sobre todo para quienes han vivido y viven aún en ese lugar.

En los últimos años –digamos los años de la violencia que coinciden paradójicamente con el advenimiento del “cambio democrático”-, la ciudad perdió al 24% de su población, pasó de 1.3 millones de habitantes a un millón, es decir 60 mil familias han huido de ese lugar, esto según los datos del Instituto Nacional de Información y Estadística del Gobierno Federal y publicados el 16 de febrero de 2010 en el Diario Milenio. Por su parte la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez estima que son hasta 100 mil las familias que han huido, haciendo un aproximado de 500 mil personas.

Según el Colegio de la Frontera Norte 116 mil casas habitación han sido abandonadas por sus moradores, eso implica que el 25% de las viviendas están vacías. El Servicio de Ciudadanía de Inmigración de los Estados Unidos de América y el Departamento de Inmigración y Naturalización, calculan en 100 mil el número de juarenses que cambiaron su residencia a esa país, principalmente al Paso Texas.

En lo económico en dicha ciudad se han perdido más de 200 mil empleos, lo que afecta al 20% de la población actual. La Cámara de Comercio señaló que hace dos años se tenían registrados 11 mil negocios y hoy sólo 2,700 están funcionando, 8300 han cerrado. La Asociación de Maquiladoras informó que cerca de 1000 millones de dólares no llegaron a instalarse por la inseguridad; esos recursos hubieran generado entre 70 y 80 mil empleos.

En pocos años la guerra contra el crimen organizado ha dejado más de 4,800 muertos, numerosas fuerzas del ejercito hacen presencia para combatir a los delincuentes y los resultados son magros. Hace apenas unos cuantos días 16 jóvenes fueron masacrados en una fiesta particular, de los asesinos poco se sabe, las detenciones son a cuenta gotas pero la impunidad a raudales; se han creado programas sociales para favorecer el ritmo de vida de los juarenses, el gobierno federal aportará 650 millones de pesos para obras sociales y enviará a 15 agentes ministeriales para lo que denominan “la reconstrucción institucional del sistema de justicia”, una ridiculez de apoyos que de nueva cuenta agreden no sólo a los juarenses sino a todo el país.
El Presidente de la república ha hecho pie en la ciudad para pedir disculpas, que no perdón, por los agravios, encontrándose con una madre valerosa a quien le mataron dos hijos en la masacre quien le espetó sus verdades al decirle que no era bienvenido a la ciudad.

Al ritmo que llevan las acciones de gobierno y sus decisiones la diáspora seguirá su ritmo, los habitantes en la medida de lo posible seguirá huyendo a otros lares, la ciudad poco a poco perderá su identidad, porque el tamaño de la desgracia que hoy viven es tan grande que en no poco tiempo las heridas pueden resarcirse.


Twitter: @miguelapb

lunes, 15 de febrero de 2010

CRISIS DEL DERECHO

Hasta Los teóricos de la filosofía política italiana señalan que vivimos en un mundo dominado por la corrupción. Ferrajoli indica que este es un elemento negativo dentro de la crisis del Derecho.
Y en verdad que el Derecho está en una profunda crisis, sobre todo en México. La aplicación de la ley depende de ciertas variables, las que, si no inciden en la estructura política del sistema entonces hay probabilidad de que impere el Estado de Derecho, si a la inversa las variables no se dan, predominará la política y sus intereses sobre las formas jurídicas.

Este fenómeno por supuesto que no es nuevo, la historia nacional es basta en ejemplos en los cuales la aplicación estricta del Derecho cede ante los intereses de la política. Tal parece que la construcción del modelo jurídico sólo es útil para cubrir apariencias y para defender o asegurar los derechos, sobre todo, de la clase propietaria. Este modelo, sobre todo con las reformas neoliberales, tiende precisamente hacia ese destino. Pero si a ello aunamos la debilidad creciente del sistema político derivado por la ausencia de liderazgos creíbles, de un programa sólido de nación y de una crisis económica que tal parece que llegó para quedarse desde la instauración declarada del neoliberalismo y del avance de la debilidad de las instituciones políticas, entonces tenemos un caldo de cultivo idóneo para la crisis del Derecho y la proliferación de la corrupción no sólo en los procedimientos de aplicabilidad de la norma, sino también, en los propios de la vida social con la recurrente caída del esquema de valores que toda sociedad debe preservar.
Ante un modelo jurídico que sólo cubre ciertas apariencias de legalidad –especialmente de aquellos que permiten la sobrevivencia del sistema-, se traduce en una debacle del proyecto democrático, aún cuando en éste se persista en la regla de la mayoría en los procesos de elección de los mal llamados representantes populares.

Considero, que en primera instancia este es un problema de conciencia. En México al carecerse de un proyecto de vida nacional y constatar como la legalidad se supedita al interés de unos pocos, la decepción marca su territorio triunfante lo cual incide ya no en las soluciones colectivas sino sólo en las meramente individuales, reinando así el egoísmo como una forma de afrontar los problemas colectivos y por supuesto los individuales.

La pérdida de conciencia colectiva es tierra fértil para la corrupción en todos sus niveles. Por eso debemos retornar a los valores que nos hicieron sólidos como colectividad en varios momentos de nuestra historia; si esos valores –no todos- merecen una nueva reinterpretación a la luz del mundo en que vivi8mos habrá que hacerlo para construir así un nuevo gran acuerdo nacional que nos pueda trasladar a senderos diversos a los que estamos hoy día.

El Derecho en este sentido juega un papel importante, ya que el respeto a la norma que nosotros mismos nos demos, hará como bien dice Ferrajoli, que la crisis del Derecho se solucione a través del Derecho mismo.

lunes, 1 de febrero de 2010

VIOLENCIA SIN FIN. AHORA CIUDAD JUÁREZ Y TORREÓN

La violencia desatada a partir de los gobiernos panistas ya asusta hasta el más pintado. En un principio, cuando todo comenzó parecía que la violencia sólo se circunscribía entre los delincuentes y las instituciones del Estado, hasta ahí todo parecía lógico, más no lo deseable moralmente, ya que se sabía de antemano que habría muchas muertes inútiles y que gente inocente caería ante tronar de las balas.

De acuerdo con algunos datos aportados por Miguel Carbonell en la página Twitter, en los gobiernos panistas han muerto un poco más de 16,000 personas, ha habido días en que los decesos violentos han sobrepasado las 30 personas, esto es lo más perecido a una guerra convencional. En Diario Milenio del pasado 2 de enero de este año, reportó que durante 2009 hubo un ejecutado cada hora durante 2009; Chihuahua fue el Estado más violento con 3, 637 muertes, 3 mil más que en 2007. Señala también que en menos de tres años el narcotráfico aumentó sus delitos en 314 por ciento. Guerrero es el Estado es el segundo Estado más violento, “pues duplicó las 465 muertes que se habían sumado en 2008 seguido por Sinaloa, donde se cometieron 814 homicidios, cifra menos a las 945 de 2008, pero mayor a las 476 de 2007”. Este Diario reporta 16,885 muertes en todo el sexenio, y sólo en 2009 8,281 muertes.

En cuanto a las muertes de policías ejecutados en 2009, Chihuahua presentó el número más alto con 110 ejecutados, Guerrero en segundo lugar con 64, Michoacán en tercero con 60 y Sinaloa en cuarto con 45 ejecutados. En total el número de policías –federales, estatales, municipales y el ejército- fueron 466.

De todos los crímenes anotados con anterioridad incluyeron la muerte de 149 menores y 411 mujeres, sólo en diciembre de ese año se registraron 75 asesinatos.

Todos estos datos por desgracia parece que se verán seriamente aumentados proporcionalmente en 2010. Todo parece indicar que el golpe dado a una célula importante del narcotráfico desatará o ya desató una violencia más generalizada, ello aunado a la disputa lógica por los territorios y la respuesta que va a dar el Estado ante el evidente reacomodo de los grupos delincuenciales, quienes intentan a como de lugar penetrar en nuevos territorios dominados por diversas células.

Esta situación se torna perversa y lo es más por la ineficacia del Estado y sus instituciones para combatir eficazmente a la delincuencia. Y lo es porque para poder combatir al enemigo, por así decirlo, es necesario estar capacitados para ello y en este caso la preparación es escasa y la posibilidades de éxito real son menores aunque no imposibles. Al respecto, a decir de Álvaro Uribe (Colombia) es posible ganar la lucha contra el narcotráfico en un plazo de diez años, esto a decir de León Krauze en Twitter. En respuesta a ese tuit, respondí que en efecto, que era posible pero que sólo lo será si el Estado combate en primer lugar la corrupción interna incluida los vínculos que hay entre funcionarios y la delincuencia organizada.

Hoy por los acontecimientos ocurridos en Ciudad Juárez y en Torreón donde los sicarios masacraron a jóvenes que se divertían en sendas fiestas, indica que la violencia se recrudecerá y que no tomará en cuenta edad, sexo o condición social de las personas para masacrarlas. La sociedad está espantada por estos crímenes tan arteros y dolorosos, pero a la vez también está muy molesta por la nula, hasta hoy, respuesta del Estado. Todo parece indicar que habrá más violencia y que esta será más cruel que nunca, es una pena que las cosas hayan llegado hasta este límite porque cuando no hay seguridad la sociedad se siente indefensa y cuando eso pasa la democracia no es posible aún que los políticos digan que estamos insertos en ella.

viernes, 1 de enero de 2010

2010 reflexión ciudadana

· Quiero desearte lo mejor en este año que apenas comienza. Sobre todo que seamos capaces de entender que para solucionar los problemas de la vida social no basta la acción sana individual, sino que, es necesario que actuemos en conjunto. La felicidad no es un asunto personal, es un estado de ánimo colectivo, la felicidad de unos pocos ante la miseria y tristeza de la gran mayoría no puede ser la justificación moral de un pueblo. Hoy nos ha tocado vivir en un México (y creo que toda LA), lleno de problemas que parecen insalvables, pero ¿sabes? no lo son tanto si decidimos motivarnos para resolver esos problemas en colectivo. Ningún pueblo ha sido salvado por un héroe o un santo o alguna figura mítica, los pueblos han hecho cosas y han salido adelante porque colectivamente así lo decidieron.

Nuestro gobierno -por desgracia debemos tener uno- nos ha clavado una vez más la puñalada trasera, una más desde que se instauró en México primero la oligarquía revolucionaria y hoy la oligarquía económica de los poderes fácticos ante la complacencia de los hombres en el poder. Esa puñalada, la económica, se suma al abandono ancestral de la gran mayoría, hoy somos más pobres que antes, la ilusión del advenimiento de la democracia acabó, se instauró el monopolio de la política únicamente en los partidos políticos y el ciudadano quedó olvidado para intervenir en los asuntos públicos. Pero el problema no sólo es de arriba hacia abajo, sino también está en la base social. Nuestra cohesión social es muy débil. Por eso hoy más que nunca debemos pensar que los problemas del vecino son los míos, que su pobreza o la nuestra no solo afecta a quien la sufre sino que es un mal social que bien tiene remedio, y como éste otras pandemias sociales pueden y deben tener solución, pero esta dependerá del actuar de nosotros, nadie desde el más allá va a venir a solucionar lo que nos corresponde hacer a nosotros, no hay Mesías en política, no hay milagros inexplicables para que de un día a otro las cosas se solucionen, no.

Ante la llegada de un nuevo año, tomemos conciencia de nuestros deberes ciudadanos y actuemos en consecuencia. No insito a la revolución armada, pero sí a una revolución del ciudadano. En donde nos enteremos más de nuestros problemas y tratemos de hacer algo para solucionarlos desde nuestra trinchera de trabajo y desde la organización social, por ejemplo con los vecinos o la comunidad o grupo al que pertenezcamos. Que este 2010, sea el despertar y la constatación de que el poder soberano es del pueblo y no propiedad de unos cuantos que deciden por todos al amparo de un sistema que se dice representativo pero que en la vía de los hechos no lo es. De nosotros dependerá la felicidad de nuestra patria y la individual, rescatemos esa posibilidad porque si no lo hacemos ya todo estará dicho y habremos cavado nuestra propia tumba.

Te mando un abrazo muy especial deseando que todos tus proyectos de vida se lleven a cabo.
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