jueves, 23 de junio de 2011

Violencia y Felicidad. Dos caras del Mexicano

México vive una de sus peores etapas como país. La violencia incontrolable en todos los aspectos de la vida social está haciendo que las personas desconfien de todo y de todos.
Hay varias maneras de analizar la violencia pero a la que me refiero en esta ocasión es aquella que depende o más bien se genera por los diversos grupos delincuenciales que operan en el país. El hombre de la calle se siente indefenso, capaz de ofrecerse a sí mismo soluciones, solo está a la espera de que algo terrible le suceda y a la vez esperanzado en que no le pase nada a él y a su familia. Es un estado de angustia individual y colectiva que no es fácil de describir.
Si bien la violencia está desatada, por otro lado somos informados que México es un país integrado por gente que se considera feliz. La OCDE en un reciente estudio indica que los trabajadores mexicanos son los que más horas dedican al trabajo, el cual es de los menos remunerados entre las naciones que integran la OCDE, pero que al preguntarnos si somos felices contestamos mayoritariamente que sí. ¿Será que los mexicanos le damos al mal tiempo buena cara como bien reza el dicho popular? Pues parece que sí que lo que más nos conforta para hacer llevadera esta vida son aquellas pequeñas cosas que pueden hacernos felices y las valoramos más de lo debido.
Si las calles se llenan de cadáveres, si cada día aparecen descabezados y destripados, si es recurrente el encontrar fosas llenas de cadáveres putrefactos, no es tan significativo, aunque sí nos preocupe y angustie, como aquellas insignificancias qeu sentimos que alegran a nuestro corazón.
Tal manerade ver la vida no deja de ser compleja, somos por un lado desgracia y por el otro fiesta, resumen de lo incomprensible de nuestro carácter nacional.
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