lunes, 1 de febrero de 2010

VIOLENCIA SIN FIN. AHORA CIUDAD JUÁREZ Y TORREÓN

La violencia desatada a partir de los gobiernos panistas ya asusta hasta el más pintado. En un principio, cuando todo comenzó parecía que la violencia sólo se circunscribía entre los delincuentes y las instituciones del Estado, hasta ahí todo parecía lógico, más no lo deseable moralmente, ya que se sabía de antemano que habría muchas muertes inútiles y que gente inocente caería ante tronar de las balas.

De acuerdo con algunos datos aportados por Miguel Carbonell en la página Twitter, en los gobiernos panistas han muerto un poco más de 16,000 personas, ha habido días en que los decesos violentos han sobrepasado las 30 personas, esto es lo más perecido a una guerra convencional. En Diario Milenio del pasado 2 de enero de este año, reportó que durante 2009 hubo un ejecutado cada hora durante 2009; Chihuahua fue el Estado más violento con 3, 637 muertes, 3 mil más que en 2007. Señala también que en menos de tres años el narcotráfico aumentó sus delitos en 314 por ciento. Guerrero es el Estado es el segundo Estado más violento, “pues duplicó las 465 muertes que se habían sumado en 2008 seguido por Sinaloa, donde se cometieron 814 homicidios, cifra menos a las 945 de 2008, pero mayor a las 476 de 2007”. Este Diario reporta 16,885 muertes en todo el sexenio, y sólo en 2009 8,281 muertes.

En cuanto a las muertes de policías ejecutados en 2009, Chihuahua presentó el número más alto con 110 ejecutados, Guerrero en segundo lugar con 64, Michoacán en tercero con 60 y Sinaloa en cuarto con 45 ejecutados. En total el número de policías –federales, estatales, municipales y el ejército- fueron 466.

De todos los crímenes anotados con anterioridad incluyeron la muerte de 149 menores y 411 mujeres, sólo en diciembre de ese año se registraron 75 asesinatos.

Todos estos datos por desgracia parece que se verán seriamente aumentados proporcionalmente en 2010. Todo parece indicar que el golpe dado a una célula importante del narcotráfico desatará o ya desató una violencia más generalizada, ello aunado a la disputa lógica por los territorios y la respuesta que va a dar el Estado ante el evidente reacomodo de los grupos delincuenciales, quienes intentan a como de lugar penetrar en nuevos territorios dominados por diversas células.

Esta situación se torna perversa y lo es más por la ineficacia del Estado y sus instituciones para combatir eficazmente a la delincuencia. Y lo es porque para poder combatir al enemigo, por así decirlo, es necesario estar capacitados para ello y en este caso la preparación es escasa y la posibilidades de éxito real son menores aunque no imposibles. Al respecto, a decir de Álvaro Uribe (Colombia) es posible ganar la lucha contra el narcotráfico en un plazo de diez años, esto a decir de León Krauze en Twitter. En respuesta a ese tuit, respondí que en efecto, que era posible pero que sólo lo será si el Estado combate en primer lugar la corrupción interna incluida los vínculos que hay entre funcionarios y la delincuencia organizada.

Hoy por los acontecimientos ocurridos en Ciudad Juárez y en Torreón donde los sicarios masacraron a jóvenes que se divertían en sendas fiestas, indica que la violencia se recrudecerá y que no tomará en cuenta edad, sexo o condición social de las personas para masacrarlas. La sociedad está espantada por estos crímenes tan arteros y dolorosos, pero a la vez también está muy molesta por la nula, hasta hoy, respuesta del Estado. Todo parece indicar que habrá más violencia y que esta será más cruel que nunca, es una pena que las cosas hayan llegado hasta este límite porque cuando no hay seguridad la sociedad se siente indefensa y cuando eso pasa la democracia no es posible aún que los políticos digan que estamos insertos en ella.

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