jueves, 27 de junio de 2013

SOCIO CONTRADICTORIO


Hay cosas que son muy raras, por así decirlo. Más bien son contradictorias; perdón por usar el término de “raro” en algo que no lo es. Y no lo es porque lo raro es algo que no logramos entender plenamente, hay puntos del fenómeno que son incomprensibles para la razón, en cambio la contradicción supone dos puntos encontrados de los cuales se sabe plenamente su naturaleza. Pero vayamos al punto: se dice –lo dice la ONU-, que la producción de drogas ha aumentado en México.
¿Es contradictorio el hecho de que aumente la producción de drogas cuando desde hace casi siete años existe una “guerra” no declarada contra los carteles? Pues sí, por lo menos a mí sí se me hace contradictorio. Por una parte tenemos a un Estado que en el discurso indica que uno de los problemas contemporáneos más graves que aquejan a la sociedad mexicana está ubicado en las drogas. No han dicho con claridad y contundencia que la producción es problema, es más, durante años se dijo que nuestro país era sólo una ruta en el tránsito de la droga hacia los Estados Unidos, después ante la contundencia de los hechos que todos sabíamos y extrañamente el Estado no, se reconoce que la producción ha crecido pero hasta ahí, ya no se dice más, nunca se informa de las zonas geográficas de mayor producción,  eso solo lo saben los especialistas, el vulgo no.
Igual pasa con el consumo. Para el Estado los mexicanos somos muy puritanos, no consumimos drogas en demasía. Al menos eso se creía, hoy las cosas han cambiado radicalmente. No porque el Estado así lo diga sino porque la fuerza de los acontecimientos nos lleva a saber lo que realmente pasa. Es la sociedad la que se autoinvestiga (ONGs) y descubre que el consumo también es ya un problema  grave sobre todo en los jóvenes.
¿Acaso tenemos un Estado tonto? No, no son tontos, son muy vivos. El Estado mexicano es demagógico, vive del discurso hasta que es descubierto en sus macabras intenciones, siempre ha sido así. Este Estado nada torpe y si vivales, ha sido desde hace muchas décadas consciente de la producción, consumo y tráfico de drogas en su territorio. Desde la introducción del opio de los chinos en el siglo XIX a nuestros días. Claro que en esos días decimonónicos el tema de las drogas no importaba como asunto de Estado; su importancia fue creciendo paulatinamente durante el siglo XX, en donde, se dice, que importantes políticos fueron los causantes, por razones de  ganancias económicas, del crecimiento de este “negocio”.
La tolerancia del Estado con los productores de drogas fue de complacencia al principio; en las décadas en las cuales “no se afectaba al bien público”, ni a los intereses propios de la clase política dominante. Por favor, no confundir la tolerancia estadual con la no participación, aún cuando sabemos bien de la prohibición en ese sentido; ni tampoco con los sagrados intereses de los Estados Unidos, que es tema aparte.
Así, hemos tenido un Estado consecuente, permisivo, tolerante y por ende participativo del incesante aumento en la producción y consumo de las drogas a lo largo de los últimos cien años. Por eso resulta poco contradictorio que un Estado que de pico para afuera se manifiesta en contra de las drogas y, por otra parte, resulta que la producción de esta está in crecendo como si fuera acto de magia y que, el Estado no se dé por enterado. Contradictorio el Estado que dice entablar una lucha y por otro lado nada dice del aumento de producción de drogas. ¡Verdad que es contradictorio! ¿Por qué el Estado nunca dice nada o casi nada de la producción? ¿Por qué no la combate? ¿Qué no sabrá que si se erradica en buena parte baja el consumo y el tránsito de la misma? Sí saben, pero quizá no les conviene. ¿No saben que en la sierra de Guerrero se produce marihuana? Caray, muchos lo saben desde hace décadas, el gobierno no ¡Oh misterios de la vida! ¡Toht ayúdanos a descifrar este enigma!

Como en otras cosas, tenemos un Estado contradictorio en sí mismo. Se dice democrático cuando bien sabemos que su proceder no lo es. Dice que combate a las drogas y aparentemente sólo se dedica a perseguir a los carteles, sin afectarlos en sus verdaderos intereses financieros y sin incidir en la baja de la producción. Este Estado es neoliberal ¿Qué como buenos neoliberales no saben que el fracaso de una empresa radica en la baja de producción? ¿No lo saben? No digan eso. Bien lo saben pero los socios no se hacen daño, esa es una regla.

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