Los diputados, según el sistema
democrático liberal, son los representantes del pueblo ante el Congreso, así es
como se nos ha dicho hasta el cansancio. Pero, siempre hay un pero, esto no es
necesariamente cierto. Me refiero a eso de que son “representantes”. En diversos
foros he sostenido que la estructura del sistema liberal democrático y
representativo, no lo es tanto, ya que no existe ninguna obligación por parte
del representante para obedecer las instrucciones del representado, el único
nexo que los une para efectos de responsabilidad es la ley, es decir, las
facultades y atribuciones que el representante tiene necesariamente que acatar
porque así lo dispone la ley –entiéndase la constitución y sus leyes
reglamentarias-.
En términos más claros, el pueblo
es el representado y los diputados son los representantes, quienes logran tal
categoría en razón de una elección que los valida. Pero las leyes no obligan a
que estos hagan o tomen las decisiones que aquellos quieran que tomen. No hay
un mandato obligatorio. Los diputados son “libres” de actuar y de tomar las
decisiones que consideren oportunas salvo las obligaciones que por ley tienen
que ejecutar y cumplir. En tal sentido el sistema no es totalmente representativo
al no existir esa ligazón obligatoria entre los diputados –que es el caso- y
los ciudadanos.
¿A qué viene todo esto? A que
existen obligaciones ineludibles por parte de los representantes populares, que
no pueden ser renunciables y que, deben ser ejecutadas con la mayor
responsabilidad, tal es el caso, entre otras, de la facultad de revisar la
cuenta pública anual del Estado. Los representantes si en verdad quieren el
rescate de tal categoría que aquí se pone en duda, deben actuar en la revisión
de esa cuenta, de manera escrupulosa, ya que en ellos recae la única
posibilidad que tiene el pueblo para revisar los dineros que gastan los demás
poderes Estatales. Si el Congreso, en este caso el del Estado de Guerrero, opta
por no hacer el análisis de dicha cuenta pública corre el riesgo de convertirse
en cómplice del mal uso que se haya hecho y, en consecuencia, es también
corresponsable de graves violaciones a la constitución del Estado.
Recientemente en la prensa
específicamente en el periódico El Sur,
aparece una nota en la cual refiere que la cuenta pública anual del año pasado
(2012) fue aprobada sin ningún análisis por los miembros de todos los partidos
políticos. Que se cabildeó para que así fuese, que el dictamen no fue revisado
tal y como lo ordena la ley y que, los señores y señoras diputados lo aprobaron
así, sin revisarlo, sin comprobar si esa cuenta pública correspondía a lo que
ellos mismos habían aprobado para el gasto gubernamental para ese año. Dos días
después de aparecida esa nota, en el mismo diario se entrevista al diputado
presidente de la comisión de gobernación del Congreso quien dijo que en efecto,
se había aprobado la cuenta sin revisarse, en una sola sesión, porque había
treinta diputados que habían pedido permiso para asistir a diversas clausuras.
O sea, para el diputado en
cuestión son más importantes las clausuras de cursos de los alumnos de primaria
o secundaria que la revisión de la cuenta pública; es más importante que los
diputados asistan a esos eventos que verificar si algún funcionario abusó, hizo
mal uso, gastó de más o lo hizo en rubros no aprobados; es más importante el
tamal que se comerá con sus votantes que el cuidado de los dineros del pueblo,
sí, del pueblo, porque justamente con nuestros impuestos se cubre el
presupuesto y merecemos los ciudadanos que ese dinero se gaste con
responsabilidad y honestidad, que se revise peso a peso y se consideren las
inconsistencias para delimitar responsabilidades. Pero no, al parecer esto no
fue posible, no es de vital importancia en Guerrero el cuidado del dinero
público. ¿Qué interés tienen los diputados para aprobar una cuenta pública sin
revisarla tal y como es su obligación? No lo sé, puedo suponer varios
escenarios, pero les aseguro que ninguno es lícito ni moralmente aceptable.
Un gobierno que se respete –sobre
todo uno que se dice de izquierda-, debe ser respetuoso de la ley las formas
que dan contenido al Estado de Derecho y a la democracia; contrariamente en
lugar de gobierno lo que ha hecho el Congreso es actuar como una banda de
delincuentes.